04 septiembre, 2012

Mi puzzle.

Justo acabas de tocar esa estrella reluciente, la cual andabas intentando alcanzar durante algunos años de tu vida. Disfrutando de su brillo y su magia, te encuentras con lo que ahora llamas 'comienzo del fin'. Sin pedirlo ni quererlo, te viene una 'víctima' a pedirte ayuda, por haberse quedado sin amigos. Alguien con raciocinio, se pararia a pensar que para uno quedarse sin sus amistades, debe haber un por qué. Cegada por la luz estelar, sacaste tu vena de heroína, y saliste a defender lo indefendible y a atacar al que menos te defraudaria. Y como de costumbre, eres la peor que sale de un problema que no te incumbia, y sobre todo en el que actuaste sin cabeza. Ya decían unos grandes sabios que 'la cabeza no sirve solo para peinarse'. Incumpliste todas las leyes supremas de una amistad, pero desgraciadamente, te percataste a finales de mes, cuando el dolor se ha extendido y un amigo has perdido. Pues claro, cuando nombro amigos, no es ese amigo de instituto, ni de saludar por la calle, ni de intercambiar unas palabras por WhatsApp... Eso no son amigos, en definitiva. Un amigo es aquel que no duda de ti ni un instante, pase lo que pase; no necesita abrir la boca para hablarte, para eso está la mirada; y es capaz de echarte de menos, estando enfadado contigo.  Un amigo es esa pieza que te compone, pero que por insensatez la pierdes. Un puzzle suele estar formado por tu familia, por el que hace latir tu corazón a dos mil por hora, y por esas flores que nunca dejaran de florecer en tu vida, que cuando marchitan son una bala directa al pecho, los amigos. 

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