14 agosto, 2012

Diez.

Y todos nos miramos, y los abrazos empezaron a volar. Hasta que te vi, ahi sentado, en el bordillo de la cinta de las maletas del aeropuerto, con la cabeza agachada. Cuando a tu altura me puse, y vi esos ojos llenos de dolor, las palabras estaban mudas, por lo que mi corazón hablaba por sí solo con ese latido tan veloz. No hacia mas que preguntarme "¿Por qué ya?". Si el tiempo no se midiese en horas, podria decirse que lo vivido fue mas que tres semanas. El primero beso costó, pero pensé que se iba toda mi felicidad en el ultimo. Mi hogar ya no podia llamarse así, durante el viaje, tu habitación se habia hecho nuestro hogar, y Nueva York, nuestra ciudad. Mi cama estaba totalmente vacia, y mis sabanas estaban estiradas. Ya no me esperabas alli con tu sonrisa pícara.  La luz del amanecer ya no nos despierta entre caricias y risas. A partir de ahi, nada ha vuelto a ser lo mismo.  Pisé la realidad que nunca quise tocar. Es mas, hasta que no me canse de luchar, seguire soñando con volver a encontrarme con la realidad de la que me enamoré. 

No hay comentarios: