14 abril, 2013

Nos reencontraremos muy pronto.

¿A donde has ido amor? Partiste de mi lado como si de un mísero lugar se tratase. ¿Tan mal te traté? Podría pasarme el suspiro de mi vida realizando las mil preguntas que cuando te despediste no te hice. ¡No! Nunca me diste un beso de despedida o un adiós. No pude sufrir viendote ir. Sencillamente me abandonaste, decidiendo que lo mejor era no enterarme de tu partida. Como si en tu mano estuviese elegir el camino de mi ausencia de dolor. Qué obsesión la tuya de no dejarme tomar mis propias decisiones. Siempre tan protector. La última vez que te decía lo mucho que te quería, sabias que seria la ultima vez que mis labios tornasen para mencionar esas sabias ocho letras. Si lo hubiese sabido me habría amarrado a ti, y te hubiese susurrado a mil por minuto lo agradecida que estoy por haber tocado junto a ti la felicidad. Sin embargo, la gloria que conocíamos tenia un superior, un firmamento con una gran improbabilidad de poder rechazar. Descartaste por completo luchar, sencillamente sucumbiste al reino creador. Otra vez tomando decisiones sin consultarlas. ¿Por qué no me dejaste protegerte? Yo también quería sentirme la heroína de tu existencia. Te echo tanto de menos. Me dedicaré a rociar mis sabanas con tu fragancia. No quiero olvidarme de tu olor. Tampoco de tu sabor, ni de tus manos frías que enardecían mi piel rosada. Llenaré las hojas de memorias que perdurarán hasta el fin de mi realidad.  Hasta que nuestras dimensiones sean análogas completamente. Cuando seamos esclavos libres de un reino puro, y podamos seguir con el amor que estábamos construyendo. Espérame, no tardaré mucho. La felicidad que hemos apartado, la volveremos a sentir.

No hay comentarios: